En los tiempos que corren, donde cada vez hay más miedo, con justificación o sin ella, no sirve, porque sólo nos paraliza, nos deja débiles y sin reacción positiva.
Tenemos tantas décadas por delante que, como dijo Russell sobre la “experiencia deliciosa”, practiquemos ir desarmando los miedos uno a uno.
Aquí va una sugerencia:
Aquí va una sugerencia:
Relato hindú
En una ocasión, un león se aproximó hasta un lago de aguas claras para calmar su sed y al acercarse, vio su rostro reflejado en ellas y pensó:
Retrocedió. Unos minutos después volvió a intentarlo y al verlo “otra vez”, abrió las fauces amenazadoramente, pero comprobó que el otro “león” hacía lo mismo.
Entonces sintió temor y salió corriendo, pero… ¡la sed lo devoraba!
Regresó nuevamente y otra vez se repitió la imagen amenazadora.
Atemorizado, se retiró de las aguas. Lo intentó varias veces de nuevo, pero siempre huía espantado. Pero tenía tanta… sed que no pudo aguantar y regresó a las mismas. Allí estaba otra vez “el león”. ¿Qué hacer? No había otro lago cercano.
Y como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber agua del lago, sucediera lo que sucediese. Así lo hizo, y al meter la cabeza en las aguas… “el león enemigo” había desaparecido.
“Muchos de nuestros temores son imaginarios.
Sólo cuando los enfrentamos desaparecen.
Sólo cuando los enfrentamos desaparecen.
No dejemos que nuestra imaginación descontrolada usurpe el lugar de la realidad, ni nos perdamos en las creaciones y reflejos de nuestra propia mente”.
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