Acabo de ver esta película muy recomendable, para ir pensando en construir “la vieja” que quiero ser.
Allí sucede casi exactamente lo opuesto a lo que encuentro en general en la gente mayor.
En países latinos lo habitual es que los hijos se hagan cargo del cuidado de los padres en el último tramo de la vida. Y los padres habitualmente se resisten a la mayoría de las sugerencias.
Ni pensar, como en este caso, tener que trasladarse a la casa de una mujer que es cuidada por su hijo, a pasar un fin de semana, porque las cuidadoras se toman el feriado.
Son los hijos los encargados de imponer todo tipo de restricciones conductuales, incluyendo dietas y horarios de dormir.
Y hete aquí que después de todo tipo de resistencia, estas “viejas mujeres” descubren que disfrutan mucho de estar juntas, de desoír las indicaciones que dejaron los hijos y básicamente ¡se divierten!
Si ese fuera el resultado de agruparse varias que viven solas, sería una bendición para todos, se resolverían muchos problemas, incluyendo menores costos, y es bien sabido que la alegría y el humor predisponen de otra manera para sobrellevar las dificultades que se van instalando con el paso del tiempo.
Es posible que haya sido una visión del director, pero, ¡Ojalá que se difunda!
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