Steve Jobs, tecnológicamente hablando, cambió
el rumbo de la Humanidad. Murió a los 56 años. Él nos facilito el manejo de
Internet, del que nadie debiera quedar afuera, tenga las décadas que tenga, con
más o menos recursos. Es una de las claves para vivir una longevidad plena. Por
lo tanto no podemos ignorar a quien nos facilitó buena parte de las
herramientas para transitar este nuevo y maravilloso camino.
Transcribo su Legado, tomado de la Biografía
de Walter Isaacson:
Mi pasión siempre ha sido la de construir una
Compañía duradera en la que la gente se sienta motivada para crear grandes
productos. Todo lo demás era secundario. Obviamente, era fantástico obtener
beneficios, porque eso es lo que te permite crear grandes productos. Pero la motivación
eran los propios productos, no los beneficios. Sculley les dio la vuelta a esas
prioridades y convirtió el dinero en la meta. Es una diferencia sutil, pero acaba
afectando a todos los campos, la gente a la que contratas, quién recibe ascensos,
qué se discute en las reuniones.
Algunas personas proponen: ‘Dales a los
clientes lo que quieren’, pero esa no es mi postura. Nuestro trabajo consiste
en averiguar que van a querer antes de que lo sepan. Creo que fue Henry Ford
quien dijo una vez: ‘Si les hubiera preguntado a mis clientes qué querían, me habrían
contestado: ‘¡Un caballo más rápido!’ La gente no sabe lo que quiere hasta que
se lo enseñan. Por eso nunca me he basado en las investigaciones de mercado.
Nuestra tarea estriba en leer las páginas que todavía no se han escrito.
Edwin Land de Polaroid, hablaba acerca del
cruce entres las humanidades y la ciencia. Me gusta esa intersección. Hay algo mágico
en ese lugar. Hay mucha gente innovando, y esa no suele ser la característica
principal de mi línea de trabajo. El motivo por el que Apple cuenta con la aceptación
de la gente es que existe una corriente profunda de humanidad en nuestra innovación.
Creo que los grandes artistas y los grandes ingenieros se parecen, porque ambos
sienten el deseo de expresarse. De hecho, algunas de las mejores personas que
trabajaron en el Mac original eran también poetas y músicos. En los años
setenta, los ordenadores se convirtieron en una herramienta para que la gente
pudiera expresar su creatividad. A los grandes artistas como Leonardo da Vinci
y Miguel Ángel también se les daba muy bien la ciencia. Miguel Ángel sabía
mucho acerca de la extracción de las piedras en las canteras, y no solo sobre cómo
ser escultor.
La gente nos paga para que les ofrezcamos soluciones
integradas, porque ellos no tienen tiempo para pensar en estas cosas
constantemente. Si sientes una pasión extrema por la creación de grandes
productos, eso te lleva a ser integrado, a conectar el hardware con el software
y la gestión de contenidos. Quieres abrir un nuevo terreno, así que tienes que
hacerlo por tu cuenta. Si quieres que tus productos queden abiertos para
utilizarse con otro hardware o software, entonces tienes que renunciar a una
parte de tu visión.
En diferentes momentos del pasado hubo compañías que representaban a todo Silicon Valley.
Durante mucho tiempo se trató de Hewlett-Packard. Después en la época de los
semiconductores, fueron Fairchild e Intel. Creo que Apple lo fue durante un
tiempo y luego se desvaneció. Y hoy en día creo que se trata de Apple y Google,
con Apple algo por delante. Creo que Apple ha resistido el paso del tiempo. Lleva
ya una temporada activa, pero todavía se encuentra a la vanguardia de todo lo
que ocurre.
Resulta sencillo arrojarle piedras a
Microsoft. Ellos han caído claramente desde su puesto de dominio. Se han
convertido en algo casi irrelevante. Y aun así valoro lo que hicieron y lo duro
que resultó. Se les daba bien el aspecto empresarial de las cosas. Nunca fueron
tan ambiciosos en cuanto a sus productos como deberían haberlo sido.
A Bill Gates le gusta presentarse como un
hombre de productos, pero en realidad no
lo es. Es un hombre de negocios. Vencer a otras empresas era más importante que
crear grandes productos. Acabó siendo el hombre más rico que había, y si esa
era su meta, entonces la alcanzó. Sin embargo ese nunca ha sido mi objetivo, y
me pregunto, al fin y al cabo, si era el suyo. Lo admiro por la empresa que
construyó, es impresionante, y disfruté del tiempo que trabajé con él. Es un
hombre brillante y de hecho tiene un gran sentido del humor. Sin embargo,
Microsoft nunca contó con las Humanidades y las artes liberales en su ADN.
Incluso cuando vieron el Mac, no lograron copiarlo correctamente. No acabaron
de comprenderlo del todo.
Tengo mi propia teoría acerca de por qué compañías
como IBM o Microsoft entran en decadencia. Una empresa hace un gran trabajo innova
y se convierte en un monopolio o en algo cercano a ello en un campo
determinado, y entonces la calidad del producto se vuelve menos importante. La compañía
empieza a valorar más a los grandes comerciales que tienen, porque ellos son
los que pueden aumentar los beneficios, y no a los ingenieros y diseñadores de
productos. Así pues, los agentes de ventas acaban dirigiendo la compañía. John Akers de IBM, era un vendedor fantástico, listo y elocuente, pero no sabía absolutamente nada sobre los productos. Lo
mismo ocurrió en Xerox. Cuando los chicos de ventas dirigen la compañía, la
gente que trabaja en los productos
pierde importancia, y muchos de ellos sencillamente se marchan. Es lo que ocurrió
en Apple cuando entro Sculley, y eso fue
culpa mía, y también ocurrió cuando Ballmer llegó al poder en Microsoft. Apple
tuvo suerte y se recuperó, pero no creo que nada vaya a cambiar en Microsoft mientras
Ballmer siga al frente.
Odio que la gente se etiquete a sí misma como
emprendedora, cuando en realidad lo que está intentando hacer es crear una compañía para después venderla o
salir a Bolsa para poder recoger los beneficios y dedicarse a otra cosa. No están
dispuestos a llevar a cabo el trabajo necesario para construir una auténtica
empresa, que es la tarea más dura en este campo. Así es como puedes hacer una contribución
real y sumarte al legado de los que vinieron antes que tú. Así es como
construyes una compañía que siga representando unos valores dentro de una o dos
generaciones. Eso es lo que hicieron Walt Disney, Hewlett-Packard, y las personas
que construyeron Intel. Crearon una compañía para que durase, y no solo para
ganar dinero. Eso es lo que quiero que ocurra con Apple.
En ocasiones he sido duro con otras personas, puede que más de lo necesario. Recuerdo que una vez, cuando Reed tenía seis años, en que yo llegue a casa después de haber despedido a alguien ese día y me imagine como seria para esa persona decirle a su familia y a su hijo pequeño que había perdido el trabajo. Era duro, pero alguien tenía que hacerlo. Decidí que mi trabajo siempre sería el de asegurarme de que el equipo era excelente, y si no yo no lo hacía, nadie más iba a encargarse de ello.
Siempre hay que seguir esforzándose por innovar. Dylan podía haber cantado canciones de protesta toda su vida, y probablemente habría ganado un montón de dinero, pero no lo hizo. Tenía que seguir adelante, y cuando se puso manos a la obra, al pasarse a los instrumentos eléctricos en 1965, se encontró con el rechazo de mucha gente. Su gira europea de 1966 fue la mejor de todas. Salía al escenario y tocaba unas cuantas canciones con su guitarra acústica, y el público lo adoraba. Entonces salía lo que paso a conocerse como The Band, y todos utilizaban instrumentos eléctricos, y el público a veces lo abucheaba. Una vez estaba a punto de cantar ‘Like a Rolling Stone’ y alguien de entre el público le grito ¡Judas!, y entonces Dylan le ordeno a su banda ‘Dadle caña’ y eso hicieron. Los Beatles eran iguales. No paraban de evolucionar, de moverse, de refinar su arte. Eso es lo que he intentado hacer siempre, mantenerme en movimiento. Al contrario, como dice Dylan, si no estás ocupado naciendo, estás ocupado muriendo.
¿Qué me motivaba? Creo que la mayoría de las personas
creativas quieren expresar su agradecimiento por ser capaces de aprovechar el
trabajo que otros han llevado a cabo antes que ellos. Yo no inventé el lenguaje
ni las matemáticas que utilizo. Produzco solo una pequeña parte de mis
alimentos, y ninguna de mis prendas de ropa está hecha por mí. Todo lo que hago
depende de otros miembros de nuestra especie y de los hombros a los que nos
subimos. Y muchos de nosotros queremos contribuir con algo para devolverle el
favor a nuestra especie y añadir algo nuevo al flujo de la humanidad. Es algo
que tiene que ver con el intento de expresar una idea de la única forma en que muchos
sabemos, porque no podemos escribir canciones como Bob Dylan u obras como Tom Stoppard. Tratamos de utilizar
el talento que tenemos para expresar nuestros sentimientos más profundos, para
mostrar nuestro aprecio por todas las aportaciones que vinieron antes que
nosotros y para añadir algo a toda esa corriente. Eso es lo que me ha motivado.
Una tarde soleada en la que no se encontraba
demasiado bien, Jobs estaba sentado en el jardín trasero de su casa y reflexionó sobre la muerte. Habló acerca de sus experiencias en la India de casi
cuatro décadas atrás, su estudio del budismo y sus opiniones sobre la reencarnación
y la trascendencia espiritual. “Creo en Dios aproximadamente en el 50%”, afirmó.
Durante la mayor parte de mi vida he sentido que debía de haber algo más en
nuestra existencia de lo que se aprecia a simple vista.
Reconoció que, a medida que se enfrentaba con
la muerte, podía estar exagerando aquella posibilidad motivado por un deseo de
creer en una vida más allá de ésta. ‘Me gusta pensar que hay algo de sabiduría
y que simplemente desaparezca, así que quiero creer que hay algo que sobrevive,
que a lo mejor tu conciencia resiste’.
Se quedo callado durante un buen rato. ‘Pero
por otra parte, a lo mejor es como un botón de encendido y apagado... Añadió...
¡Clic! y ya no estás’.
Entonces hizo de nuevo una pausa y sonrió
levemente, ‘A lo mejor por eso nunca me gustó poner botones de encendido y
apagado en los aparatos de Apple’.
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