
Y muchos años después,
me entero, con alegría, que uno de esos hombres Neil Armstrong daría una
conferencia en Buenos Aires; fui con mi
hija a escucharlo con gran expectativa.
Fantásticas sus
experiencias, muy simples pero inspiradoras.
Al final se dirigió a
los jóvenes que había en la sala, y se ofreció a responder preguntas.
Mi hija, que
atravesaba ese momento de tanta
incertidumbre al elegir carrera universitaria, le dijo:
"No puedo decidirme
entre dos carreras, alguna sugerencia?"
Acariciándole el pelo,
le respondió: “En las decisiones importantes, ¡siempre seguí a tu corazón!” 
¡¡¡¡¡Bienvenidos
años!!!!!
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