Es el primer año bisiesto desde que ella murió.
Es una fecha importante para recordarla, y debe ser esa la causa por la que anoche soñé que nos encontrábamos y aprovechábamos para despedirnos y decirnos cuán importante había sido nuestra relación aunque ella había muerto hace un tiempo. Para variar apareció mi tío Anga, nos preguntó qué hacíamos, y tímidamente le conté esperando alguna respuesta intempestiva, pero simplemente dijo “Eso esta muy bien”.
Las madres siempre agregamos alguna complejidad a la vida de los niños, y nacer el haber nacido en esta fecha a mi me las trajo.
En casa los cumpleaños eran algo divertido, pero ocurría que con el de mi madre, a veces venía y a veces no. A mi me daba lástima por ella, y curiosidad, porque tardé años en entender como era el tema. Me decían que el 29 llegaba cada cuatro años... ¡Rarísimo! Además, yo sabía muy bien el versito:
“30 días tiene septiembre...
y febrero mocho con sus 28...”
¡¡¡Chin Chin!!!!!!