
El dinero dejó de tener materialidad en 1930 cuando se abandonó el patrón oro. Hoy es una combinación de datos binarios escritos en una base. El 95% de las transacciones en el mundo no son físicas, sólo se modifican los datos.
Al dejar de ser material para pasar a mental, es ilimitado. Y allí llegamos al extremo del consumo, no ya para las necesidades, sino como pasatiempo “mañana voy de shopping” y es tal el sin sentido de este acto que ya estamos consumiendo no sólo nuestro planeta, sino el de los que vendrán.
Al dejar de ser material para pasar a mental, es ilimitado. Y allí llegamos al extremo del consumo, no ya para las necesidades, sino como pasatiempo “mañana voy de shopping” y es tal el sin sentido de este acto que ya estamos consumiendo no sólo nuestro planeta, sino el de los que vendrán.

Deberíamos enfocar nuestro trabajo en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, en algo que nos gratifique no sólo económicamente sino que veamos en él que participamos de alguna manera en un proyecto más alto para que algo grande ocurra. No deberímos trabajar en fábricas de armamento si confiamos que eso grande es la Paz; lo mismo con empresas tabacaleras si estamos preocupados por la Salud de las personas.

Lo otro que se puede hacer con el dinero y que en general se ha mal interpretado y por eso se hace poco, es darlo. Dar al otro que lo necesita nos enriquece a todos. Si doy es porque he recibido y esto me compromete a devolver. Yo no soy solo en el mundo, soy un nudo de relaciones y en la medida que abriendo mi corazón a la forma de mirar a los demás mejoro esa red humana, entro en el círculo de la prosperidad. No nos falta porque ejercitamos el dar y recibir como parte de una misma cosa.
Compartir el pan es sagrado. Los valores son los que se hacen, no los que se declaman.

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