Él está casado y su madre de 85 comenzó con los síntomas de Alzheimer hace dos años. Él vive a pocas cuadras y no le resultaba complicado ocuparse de la provisión de alimentos, ya que ella decía que comía bien, pero en la práctica no era así. Las cosas se fueron complicando y necesitó una cuidadora por algunas horas, después por más horas y hoy ya no lo reconoce, aunque para su tranquilidad ella pregunta por ese muchacho tan amoroso que viene todos los días, de manera que aún en su mundo sigue ligada afectivamente a él.
Mi amigo tomó varias decisiones destacables:
1) Acepta la situación sin angustia ni reclamos. Él dice “esto es lo que me tocó, y después de todo no es tan terrible”. Aunque madruga para visitar a su madre cada mañana a las 6,30 hs, no puede desentenderse de su celular porque está pendiente a todos los inconvenientes que van surgiendo. Pequeños accidentes, alguna vez que salió, se extravió y hubo que buscarla, situaciones violentas que se provocan con alguna cuidadora, etc.
2) No ha involucrado a su mujer en esta tarea, ella lo acompaña emocionalmente, pero él lleva el sostén de su madre de la misma manera que la mujer en su momento se hizo cargo de su propia madre.
3) No la ha internado en un geriátrico. Ha estado averiguando sobre el tema. Ella estaría mejor protegida y económicamente es menos costoso, pero sabe que su madre no hubiera querido que lo haga y él decidió que mientras la situación no lo desborde la mantendrá en su casa.
4) Analiza la situación constantemente para evitar tomar decisiones basadas en la culpa o que le generen rencor. La situación es dramática, pero él está en paz.
Sugiero que para los que atraviesen algo similar, tomen todas las decisiones en la misma dirección, evitando que el drama empañe un vínculo de tantas décadas.
1) Acepta la situación sin angustia ni reclamos. Él dice “esto es lo que me tocó, y después de todo no es tan terrible”. Aunque madruga para visitar a su madre cada mañana a las 6,30 hs, no puede desentenderse de su celular porque está pendiente a todos los inconvenientes que van surgiendo. Pequeños accidentes, alguna vez que salió, se extravió y hubo que buscarla, situaciones violentas que se provocan con alguna cuidadora, etc.
2) No ha involucrado a su mujer en esta tarea, ella lo acompaña emocionalmente, pero él lleva el sostén de su madre de la misma manera que la mujer en su momento se hizo cargo de su propia madre.
3) No la ha internado en un geriátrico. Ha estado averiguando sobre el tema. Ella estaría mejor protegida y económicamente es menos costoso, pero sabe que su madre no hubiera querido que lo haga y él decidió que mientras la situación no lo desborde la mantendrá en su casa.
4) Analiza la situación constantemente para evitar tomar decisiones basadas en la culpa o que le generen rencor. La situación es dramática, pero él está en paz.
Sugiero que para los que atraviesen algo similar, tomen todas las decisiones en la misma dirección, evitando que el drama empañe un vínculo de tantas décadas.
[Foto de The Nomad Within]
1 comentario:
Los hijos varones pueden ocuparse de su madre enferma, les hará bien a ambos.No hace falta que los ayude nadie,tal como lo hacemos las hijas mujeres, solo que ellos se reclinan en alguna hermana, o tal vez su misma pareja para desligarse del tema porque les pesa y les duele.¿a quien no?
les pesara mucho más la sensación de haber podido ocuparse más y no haberlo hecho.
Publicar un comentario