Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
___________________________________________________________________
VISITA MI WEB

http://www.eliatoppelberg.com/

ENVIAME TUS PREGUNTAS
eliatoppelberg@gmail.com
________________________________________

domingo, 13 de febrero de 2011

Este mundo cibernético...

En el artículo del diario La Nación se explica minuciosamente lo que significa el mundo cibernético para aliviar a los que como yo me ha costado y me sigue costando seguirle el ritmo a la vorágine del mundo tecno.

Pero en defensa de los que nos denostan porque sabemos muy poco de redes y buscadores, tomé de la nota lo siguiente: Pasamos de herramientas que servían para algo, a otras que no sirven, de entrada para nada, pero pueden usarse para todo.

¡¡¡Y Heme allí!!!

Mi marido ha tenido una paciencia infinita para convencer a ochentones de la familia, e inclusive a mí, para que entremos en el mundo de Internet. Si bien lo hemos hecho, no estaba todo dicho.

Hace una semana decidió cederme su IPhone, y sonriendo me dijo: Hoy cambia tu vida. Habrá un antes y un después de este regalo.

Para los ignorantes como yo, este aparato dispones de línea telefónica, acceso a Internet, toda la música del mundo, cámara fotográfica, entre otras funciones.

Pues bien, mi vida cambio; desde ese día vivo estresada, y en algún momento del día me saltan las lágrimas. Si bien soy de lágrima fácil, que otra cosa podría sucederme cuando quiero hacer un llamado donde antes tenía mis 100 contactos, ahora tengo 2.000, pero no encuentro a nadie, es más, llamo a gente que no quiero. No logro enviar mensajes, y mucho menos recibirlos y ni pensar de navegar por la red.

Lo raro es que no me haya dado un ataque de pánico.

Mi marido sigue paciente, diciéndome que es cuestión de tiempo.

Se ve que tengo que esperar.

Esperemos, es una puerta para disfrutar de aquí en más; no dejemos que los miedos que provocan las viejas creencias nos paralicen.

No hay comentarios: