Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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miércoles, 20 de julio de 2011

Betibú, novela de Claudia Piñeiro

Novela policial ¡imperdible! por la autora de “Las viudas de los jueves”. Sigue en la línea de asesinatos en un Country, ¡más que atrapante!

La forma descarnada en que el personaje principal Nurit, una escritora de 50 años, describe como vive el paso del tiempo, es decir su “envejecimiento “, nos deja al desnudo, porque casi todas las mujeres sabemos de qué se trata.

Transcribo un párrafo que lo grafica bien.

…”Nurit no puede evitar esa absurda sensación: él debe estar igual. Lorenzo Rinaldi, sí. La debacle de los hombres no es a los cincuenta: o la vida ya los arruinó antes, o los arruina después. Ella, si no es lo que era, tiene que disimularlo. O compensarlo. O buscar la ropa adecuada que realce lo que tiene que realzar y esconda lo que tiene que esconder. Por ejemplo, perdió su cintura. No tiene panza, y eso lo agradece, pero perdió su cintura. La cola se cayó, no demasiado, pero lo suficiente como para que un jean haga dos o tres pliegues debajo de las nalgas.

Más se cayeron los muslos, se desparramaron hacia los costados y se arrugaron. La piel de las piernas se le empezó a poner transparente, y no transparente bebé sino transparente viejo. Además de una várice que odia y la acompaña desde hace mucho tiempo -se la quiso operar, pero cuando le describieron que tenían que tirar de ella con algo parecido a una aguja de crochet porque es una vena que recorre toda la pierna y se inserta en el tronco a través de la vagina, casi se desmaya y descartó en el mismo momento cualquier cirugía-, en las pantorrillas le salieron más arañitas. Pero para compensar casi no le salen más pelos, lo que es una de las pocas ventajas del envejecimiento…”

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