Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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jueves, 1 de marzo de 2012

La Acabadora, por Michela Murgia

Una novela que recomiendo leer, porque el tema que aborda nos puede ayudar a aceptar mejor que en nosotros reside la posibilidad de decidir en qué momento llegó el fin de nuestra vida digna.

Por no tomar decisiones a tiempo, la vida de las personas suele terminar absolutamente indigna por la combinación explosiva de las posibilidades que ofrece la ciencia médica y la negación de que la muerte forma parte de la vida, y por lo tanto de nosotros dependerá la calidad de cómo se termine.
Transcribo algunos párrafos ilustrativos.
“-¿Quieres juzgar el cómo sin entender el porqué? Siempre tienes prisa por dictar sentencias, María.  – No soy precisamente yo quien tiene prisa. Si las cosas deben suceder, suceden por sí solas en el momento adecuado.

La anciana se quitó la toquilla con brusquedad y la dejó caer de cualquier manera sobre la silla. Sus ojos oscuros miraron a María con cierta impaciencia severa. Independientemente de lo que hubiera ocurrido con Nicola, Bonaria Urrai, aún sabía defenderse.
-Suceden por sí solas…murmuró, sonriendo con amargura.
 -¿Naciste acaso por ti sola, María? ¿Saliste del vientre de tu madre empleando tus propias fuerzas? ¿O naciste con la ayuda de alguien, como todos los vivos?
-Yo siempre… empezó la joven, pero Bonaria la interrumpió con un gesto imperioso de la mano.
-Calla, no sabes lo que dices. ¿Te cortaste tu sola el cordón? ¿Acaso no te lavaron y amamantaron? ¿No has nacido dos veces por la gracia de otros? ¿O eres tan lista que los has hecho todo sola?
Aquella alusión a su independencia le pareció a María un golpe bajo asestado con maldad, así que renunció a contestar mientras la voz de Bonaria bajaba hasta convertirse en una letanía desprovista de todo énfasis.
–Otros decidieron por ti entonces y otros decidirán cuando haya que hacerlo. No hay ningún ser humano que llegue al final de sus días sin haber tenido padres y madres en cada esquina, María y tú deberías saberlo mejor que nadie. La anciana modista hablaba con la sinceridad con que se hacen confidencias a los desconocidos en el tren, sabiendo que nunca más habrá que soportar el peso de sus miradas. –Nunca se me ha abierto el vientre-prosiguió-, y Dios sabe que lo habría deseado, pero aprendí sola que a los hijos hay que darles bofetadas y caricias, y el pecho, y el vino de la fiesta, y todo lo necesario, cuando lo necesitan.
Accabadora, pintura
de Podestina 
Yo también tenía un papel que desempeñar, y lo he desempeñado.
-¿Y qué papel era?
-El último. Yo he sido la última madre que algunos han visto…
-Para mí fue la primera, y si me dijera que quiere morir, yo no sería capaz de matarla simplemente porque ese fuera su deseo…”

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