El 7 de Octubre tuvimos el Honor de recibir al Gran Maestro Senei Ikenobo.
Es la 45° generación desde el origen de la Ikebana; curiosamente todas estas generaciones fueron varones los primogénitos, y esta vez acompañando a los tiempos, el Senei ha tenido dos hijas mujeres y ha decidido que sea la mayor la que lo suceda, Iuki Ikenobo.
La práctica de la Ikebana es un camino espiritual que las personas podemos transitar; se trata a través de un estudio profundo transmitido por los maestros que viene caminándolo y aprendiendo desde hace 500 años la esencia de la naturaleza y el espíritu humano.
Es mucho más que un arreglo decorativo, pues se produce una especial comunicación entre la persona que lo realiza y aquel que lo aprecia.
En el año 1996, fui invitada a Kyoto Japón, donde no sólo tomé clases, sino que absorbí plenamente mucho de la cultura de Japón, que me enriqueció y hoy sigo agradeciéndolo.
He tenido compañeras de práctica de más de cien años, la querida Lidia, por ejemplo, y tantas otras de muchas décadas. Sólo se trata de ir encontrando recipientes más livianos, porque la única dificultad con la que nos encontramos es movernos con jarrones pesados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario