Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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sábado, 16 de enero de 2010

ACV (Accidente Cerebro Vascular) Bendición o pesadilla

Ayer me llamaron para avisarme que había muerto un amigo de mi tío (sesenta años de amistad), para que estuviera atenta por si necesitaba ayuda. De inmediato llamé y atendió él con voz distendida.

-Llamo para ver cómo estás después de la partida de tu amigo…-
-Mirá la verdad que estoy bien, no sufrió nada, el médico nos había anticipado que el derrame había sido muy importante y que si lo sobrevivía iba a ser con secuelas graves. Como veníamos hablando entre amigos de cómo nos gustaría que nos tome el momento de la muerte, él había dicho sin sufrimiento y rodeado de mis amigos de toda la vida. Y así fue, qué más se le puede pedir a la vida, vivir plenamente y morir como deseamos. Querés que te diga algo, fue una alegría.-

¡Oh sorpresa! Nunca hubiera esperado semejante sabiduría de mi tío; de hecho lo llamé, porque me imaginé que no tendría consuelo. ¡Qué buena manera de honrar seis décadas de amistad! ¿Acaso hay manera de separarse después de tantos años compartidos?

También el ACV puede ser una pesadilla

Tengo un amigo de sesenta y pico, que vivió de acuerdo a su filosofía, sin prevenciones económicas, con sobrepeso, fumando, tomando alcohol y diciendo alegremente “de algo hay que morir” de hecho el ACV lo sorprendió en Italia, país al que había recurrido porque en Argentina le había ido muy mal. Allí había dos hijos que vivían en distintas ciudades pero que tuvieron que cambiar los planes para poder asistirlo, ayudado en los primeros seis meses por la medicina pública, agotada ésta tuvo que volver a Buenos Aires hemipléjico, imposibilitado de recuperarse porque tiene severos problemas cardíacos y no se lo puede intervenir quirúrgicamente.

Nuevamente es asistido por la medicina pública y dos hijos. La mayor acaba de tener una beba y tiene un hijo adolescente del primer matrimonio. Desde ya trabaja. Y la asistencia al padre, incluyendo el no control de esfínteres, lo hacen entre los hijos porque no pueden sostener económicamente una enfermera. Esto terminó de desbordarla y decidió que al menos se ahorraría las discusiones con el hijo adolescente, que le pidió que fuera a vivir con su papá.

Desde ya es muy bien recibido, pero tiene que dormir en el living, y ser desplazado justo después de haber nacido la bebita; no agrega nada positivo. Desde ya que este chico va a sobrevivir a este momento complicado. ¡Pero como le dijo mi amiga de frente march! Si como vos decías: Sin tomar la menor prevención, ni material ni cuidado físico… de algo hay que morir… morite.

Uno puede no dejarle a nuestros jóvenes herencia material, pero esta mochila, ¿la tienen que tomar sin ser responsables absolutamente aún al costo de deteriorar relaciones de pareja, o con los hijos? Respuesta abierta.






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