Siempre sonriente, siempre de buen humor, siempre fue así y veo que sigue siéndolo.
El secreto según mi visión de sobrina: siempre aceptó los sucesos de la vida. No es poco.
Superó la muerte de un hijito, pasó por un cáncer, acompañó el doloroso final con Alzheimer muy avanzado del que fue su marido por sesenta años, y aquí la vemos tratando de no perderse el Bingo semanal, y explicando por qué ya no baila; resulta divertido que explique las razones. Pero para ella y su hermana de 94 -que se ufana de no dejar de bailar aunque tenga que hacerlo sentada-, bailar fue una llave para reflotar la alegría cada vez que un hecho la ensombrecía.
¡Agradezco a la vida, tener parte de su actitud en mis genes!
Otra entrevista del ciclo de videos que espero le guste. Haciendo click aquí podrá encontrarlas todas juntas en una misma página.
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