“-Tiene que quedarse sola ¡Pobre!-”
Reacciono al instante.
“-¿Por qué pobre? Yo disfruto mucho de la soledad, lo que ocurre es que en esta sociedad tiene mala prensa.-”
“-¿Disfrutar de la soledad?, es la primera vez que lo escucho.-”
“-¡A mí me encanta! Al punto que por este tema casi puntual, estamos separados con mi marido transitoriamente para ver si le pescamos la vuelta. Lo único seguro es que nos queremos mucho, pero él es ¡tan sociable! Que estar con nuestros hijos y yo le llama estar solo. Si no hay invitados se deprime.
Practica todos los deportes grupales, incluyendo la bicicleta. Cuando veo a mi vecino que sale sólo a correr me da ganas de pedirle que le explique cómo lo logra.
A la hora de comer si no hay nadie, no come. Quizás ser hijo único de madre viuda lo haya condenado.
Ahora imaginate, yo trabajo, estoy con mis hijos, tengo hermanos padres y amigos. Lograr unas horas en silencio, me parecen el paraíso. Durante 15 años no tuve dos horas ningún fin de semana ni feriado… Hasta aquí llegué, separada estoy logrando descansar. Pero tiene un costo alto, la gente defiende la postura de él y dice que yo ¡soy fóbica! Pues me da lo mismo el diagnóstico, seguiré defendiendo momentos de soledad-"
Por otra parte recomiendo leer el artículo: La soledad: tan mala como el cigarrillo y el sobrepeso Diario Clarín 29/7/2010
Reflexionar para encontrar el equilibrio que nos haga bien.
[Foto] Albert Einstein en bicicleta
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