Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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martes, 18 de enero de 2011

Haruki Murakami - Sugerencias para bien envejecer

Recomiendo a Murakami (1949), es un novelista brillante.

Las ideas que quiero compartir hoy son tomadas de “De qué hablo, cuando hablo de correr”. Allí nos cuenta sus propias experiencias de su práctica de más de 20 años.

“…Pero, en algún momento, se fueron volviendo las tornas. A pesar que entrenaba igual que antes, cada vez me costaba más completar el recorrido del maratón antes de las tres horas cuarenta, mi ritmo pasó a ser de cinco minutos y medio por kilometro, y al final me aproximé, hasta rozarla, a la línea de las cuatro horas. Fue un shock. ¿Que me estaba pasando? No quería pensar que fuera cosa de la edad. Y es que en mi vida cotidiana, no tenía en absoluto la sensación de estar sufriendo un declive físico. Pero, por más que lo negara, por más que lo ignorara, los tiempos seguían aumentando inexorablemente…”

“…Para mí, -y quizá para todo el mundo-, ésta ha sido la primera vez desde que nací que he experimentado lo que es envejecer, y la sensación que eso trae aparejada también es nueva.

Si la hubiera experimentado siquiera una vez, seguramente habría podido discernir muchas cosas más y con mayor claridad, pero el caso es que, al tratarse de la primera vez, no resulta nada fácil. Así que en lo que a mí respecta, por el momento solo puedo dejar para más adelante las valoraciones de detalle, aceptar las cosas como son, e ir viviendo con ello…”

“…Mientras corro pienso, de improviso, que tampoco pasa nada si no consigo mejorar mis marcas. He envejecido y el tiempo se va cobrando sus cuotas. Nadie tiene la culpa. Son las reglas del juego. Es igual que los ríos que fluyen hacia el mar. Solo puedes aceptar esa imagen tuya tal como es, como una parte más del paisaje natural. Quizá no resulte una tarea muy grata. Y quizás lo que descubras tampoco te guste particularmente. Pero pienso que nada puedo hacer…”

“…Con el paso de los años, sin embargo, esa carencia de restricciones, esa libertad, en la mayoría de los casos va perdiendo su frescura y su ímpetu naturales de manera progresiva. A partir de cierta edad, actividades que antaño habrías podido realizar con suma facilidad pasan a no resultar ya tan fáciles… Por supuesto, esa progresiva pérdida natural de talento se puede ir supliendo a base de madurez personal… Por supuesto eso también tiene sus limitaciones. La tenue sombra de la sensación de pérdida de capacidad puede, sin duda estar al acecho…”

“…Pero me guste o no, este es el cuerpo que tengo. Mi cuerpo con sus límites y sus inclinaciones. Al igual que con mi cara o con mi talento, aunque haya aspectos suyos que no me gusten, no dispongo de otro cuerpo, así que no tengo más remedio que ir tirando con él. Acabas sabiendo preparar fácilmente una comida decente (e ingeniosa) con lo que queda en el frigorífico. Aunque solo queden manzanas, cebollas, queso y ciruelas secas, no te quejas. Te las apañas con lo que tienes. Y das gracias por tener algo para llevarte a la boca. Llegar a pensar así es una de las pocas ventajas que tiene la edad…”

“…A estas alturas estoy seguro de que, por mucho que me esfuerce, ya no conseguiré correr como antaño, cosa que aceptaré sin reparos. No me resulta agradable, pero es lo que tiene envejecer. Del mismo modo que yo desempeño mi papel, el tiempo desempeña el suyo. Y este lo hace con mucha más fidelidad y precisión que yo… Y a quienes tienen la suerte de librarse de morir jóvenes, se les privilegia con el preciado derecho de ir envejeciendo. Les aguarda el honor de su progresiva decadencia física. Hay que aceptar este hecho y acostumbrarse a él...”

Le agradezco a Murakami, dado que no hemos venido a esta vida a volver a aprender, sino a continuar con lo ya aprendido, su manera honesta y simple de transmitirnos sus sensaciones, que son las de la mayoría, pero que no siempre nos atrevemos a verlas, y de este modo tan claro, por ahí nos decidimos a encarar el paso del tiempo con menor sufrimiento.


1 comentario:

Viajes Imserso dijo...

Yo creo que el hecho de que cada dia tengamos mas esperanza de vida y lleguemos mejor a ciertas edades y el buen uso de las nuevas tecnologias hace que , aun llegando a cierta edad, se puedan hacer infinidad de cosas, ayudar a hijos y nietos, emprender negocios, actividades fisicas y mentales, ... Una de ellas tener un blog. Gracias y enhorabuena.