Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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jueves, 21 de abril de 2011

Algo pasa que la palabra viejo produce malestar, por el Dr. Leopoldo Salvarezza

En una entrevista realizada al Psicogerontólogo Dr. Salvarezza en la Revista La Cita, nos explica que el malestar no se da sólo en el adulto mayor, sino fundamentalmente en quien lo dice, porque tiene que ver con una connotación negativa que se le da al término.

¿Cuál es el término adecuado?

El tema es que como a cada uno le incomoda su propia vejez, no sabe bien cómo referirse al viejo. La gente le teme a esa palabra, pero todo depende del grado de cariño que se ponga al decirla. Viejo no es una mala palabra en sí misma.

¿Cuáles son las denominaciones que habría que evitar?

“Abuelo”. Es una usurpación de título porque no todos los viejos son abuelos y porque además, uno no es el nieto de cada viejo. Tampoco se trata de decirle “viejo" cuando la persona tiene nombre.

¿Cuándo comenzó a hacerse evidente que la población estaba envejeciendo?

El aumento de la expectativa de vida se empezó a detectar a partir de la segunda mitad del siglo XX; en ese momento la gente se empezó a dar cuenta que había más viejos en todos los espacios y esto empezó a incomodar. Digamos que esta situación fantástica que constituía el resultado de una lucha histórica de la humanidad de pelear contra la muerte, en lugar de tomarse como algo positivo, fue un problema.

¿Qué consecuencias trae esta situación?

Para quienes conforman la sociedad, ver al viejo los enfrenta con una regla de hierro: el ser humano muere joven o envejece. Los viejos fueron entonces colocados al margen de la sociedad: pasaron a ser “los otros”.

¿Cuáles son los aspectos que continúan?

Siguen instaladas determinadas expresiones como “el viejazo”, y nadie termina de aceptar la vejez con el humor que debería. De hecho, cuando a una persona mayor se lo ve bien, se le dice “estás joven”.

¿Cuál fue su motivación para dedicarse al envejecimiento?

"Cuando yo comencé era muy joven y la pregunta sobre la vejez era recurrente. Como no sabía qué responder, me puse a trabajar con los viejos en defensa propia, porque sabía que en algún momento me iba a llegar y quería estar lo mejor posible. Hoy cuarenta años después, pienso que realmente fue así."

Me alegra lo que dice, porque coincido plenamente. La respuesta de muchos viejos: ¡¡¡Viejos son los trapos!!!, siempre me desagradó. Prefiero la de mi amiga que después de leer un post en mi Blog en el que me refería a alguien de 60 años sin llamarlo viejo me envío un mail diciéndome, “qué raro que no digas Vieja. ¿Qué somos después de los 60?”

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