El título de este tango no augura nada positivo, sin embargo vale la pena detenerse en algunos versos.
Hice una hermosa mañana
Cementerio de mi vidaConvertido en un jardín…
No soy tan ingenua; una cosa es la poesía en un tango y otra es ponerla en práctica, pero para comenzar al menos con la actitud, resulta inspirador.
Las muchas décadas suelen venir con limitaciones físicas y es ahí donde necesitamos recrear a Gardel.
Seamos creativos, casi magos, saquemos conejos de donde sea.
Sin ir más lejos vengo de una librería en la que un señor en silla de ruedas al que no se lo notaba demasiado práctico en el manejo, de pronto provoco el derrumbe ¡Y zas! se vinieron todos los libros abajo.
Me miró entre paralizado y con vergüenza… y yo, mientras comenzaba a rehacer la pila, riéndome le dije: ¿Le parece, a su edad andar tirando literatura por cualquier parte?
El hombre se tentó de risa y siguió con más cuidado… ¡espero!
Me acordé del tango.
Empecemos a practicar en el 2011 y seguramente será un muy buen año.
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