Esta hermosa entrada fue publicada por Jose Luis Valiño Castedo en su blog Mi vida en Geriatría's Weblog que una vez más nos demuestra el amor que pone en su trabajo: Gracias José Luis!
¿No saben lo que es el Alzheimer inverso? Pues en vez de explicárselo y darles la típica definición de diccionario les voy a contar una historia real, que me sucedió no hace mucho en una residencia de mayores distinta a la nuestra.
Pues hace unas semanas me acerqué a una ver una de las residencias donde trabaja una de las mejores profesionales que conozco en una ciudad próxima a la mía. Tengo que decir que la residencia era preciosa, muy amplia, y con mucha decoración, no me gusto la entrada o “hall” (como dicen ahora). Fuimos atendidos muy amablemente por todo el personal que allí trabaja.
Lo curioso y el hecho de escribir este tema, es cuando entramos en la cafetería y después de servirnos unos cafés, unas pastas y unos zumos. Aparece una señora caminando con su andador, y me dice: “Usted se parece a un chico muy bueno de Julián”. En ese momento le seguí el cuento y le dije que no creía que me conociera, hasta que empezó a decir que ese chico le había puesto a caminar y que se llamaba José. Ahí fue cuando le dije: “¿Perdone usted como se llama?” y me contesto…
Era una de mis primeras pacientes en la Veiga. Una de las personas a las que tuve que tratar con más cuidado y a su vez a la que le guardo un cariño especial, ya que con ella utilice la TMM o más conocida como “Terapia del Miedo a Morir” ¿no la conocen?. Bueno ya veo que hoy va ser un día de preguntas y respuestas solamente. Pues M. no quería hacer nada, ya que estaba operada de “cadera” y “había hecho toda la gimnasia dura y blanda en la Coruña” y que ni yo ni la terapeuta podíamos hacer nada por ella. La verdad es que eso me dolió, con lo que fui a ver su historial de nuevo, vi que la operación había sido hace tiempo y aunque el hueso era muy débil, podía caminar si se lo propusiera. La estuve estudiando un par de días y vi como hacia nuestra gimnasia sin que la viéramos y como levantaba sus piernas para ponerlas en una silla para que no se le hincharan. Al ver que el diagnóstico y su funcionalidad eran buenas, me decía a utilizar el TMM. Me fui hacia ella y le dije: “Quiere usted subir a la sala de fisioterapia para poder ponerse de pie” y me volvió a contestar lo de siempre. Entonces le dije: “me parece correcta su opción si lo que quiere es quedarse en una silla de ruedas, en la que aunque tenga cojín anti escaras, algún día por mucha protección le saldrá una, y eso hará que se tenga que meter mucho tiempo en cama, y lo que le puede llevar a la tumba” en ese momento me marche y la deje reflexionando. Al día siguiente, me dijo si podía ir a gimnasia y a la sala de Fisio. Como comprenderán pasaron muchas cosas y como no la señora caminó.
Dios cada vez que pienso que utilice eso, me siento mal, por que podía haber fracasado, pero lo realmente interesante es que funcionó y mi amiga se acordó de mí, después de dos años en otras dos residencias…
Los que estábamos en esa residencia saben lo contento que me puse. También me pregunto que hacia allí, y le conté una mentira le dije que estaba negociando trabajar allí, y ella pobrecita dijo “páguele bien, que este chico es muy bueno”.
Alzheimer invertido es el entonces lo que me pasó a mí, que aun queriéndola y siendo más joven que ella, no me acordaba de su cara.
Como siempre me voy a despedir con una frase de Candela Peña en la película Princesas (una de mis favoritas) dice así “Las cosas no son porque existan, son porque se sienten, porque alguien las retiene, las recuerda, les da vida”.
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