Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
___________________________________________________________________
VISITA MI WEB

http://www.eliatoppelberg.com/

ENVIAME TUS PREGUNTAS
eliatoppelberg@gmail.com
________________________________________

domingo, 24 de febrero de 2008

Cuando muere un hijo

Con el “Boom de la longevidad”, según nuestra actitud, podremos fluir armoniosamente o ser arrastrados tempestuosamente a tener que encarar de manera diferente y creativa las vicisitudes que la vida nos ofrece.
Acaba de morir un amigo de mi infancia. Tenía sesenta y tres años. Su madre que acaba de cumplir noventa no tiene consuelo.
Siente tremenda culpa por vivir, porque insiste que era ella la que tenía que haber muerto, y se pregunta para qué vive “¿Para pasar por esto?
No sé quién tenía que vivir. Pero lo cierto es que hoy nos resulta tan simple llegar a los noventa, como morir en la mitad de la vida, posiblemente por el aumento del estrés, con infartos, cáncer, accidentes cerebro vasculares, etc.
Por lo tanto no hay nada tan inoperante como sentir culpa por tener muchos años. Si somos responsables, de nuestra vida y nuestra muerte, mientras hacemos todo por vivir hasta los noventa plenamente, es casi seguro que veremos morir a gente querida y mejor es prepararnos para encontrar el consuelo y el sentido de esas separaciones dolorosas.
Si aprendemos a convivir con el dolor, quizás sea el propio sentido de la experiencia…
A mi vecina le tocó ver morir a su hijo a los noventa años.
Esto sucede, y forma parte del nuevo paradigma de la longevidad. Busquemos el sentido siempre de la vida y de la muerte.

No hay comentarios: