Gracias a la ciencia y la gerontología, la esperanza de vida es cada vez mayor y esto nos lleva a reflexionar: ¿Cómo prepararnos para nuestro envejecimiento? ¿Cómo enfrentar la vejez de mis padres? ¿Cómo mejorar la calidad de vida? Muchos nuevos desafíos nos esperan y espero en este espacio poder ayudar a que todos tengamos un envejecimiento pleno y lleno de vida...
Tarde o temprano, llegará: ¡la batalla contra el tiempo, ya está perdida! Así que mejor preparémonos para disfrutar cada minuto...
Cariños,
Elia
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martes, 1 de abril de 2008

Carta abierta a los mayores de 80 y familiares

En la actualidad y gracias a los adelantos de las Medicina, es muy común llegar a los ochenta años, pero lo que no esta siendo tan fácil es adaptarnos a los nuevos cambios. Ni para los que los cumplen ni para los que estamos cerca.
El viejo paradigma consideraba casi nula la posibilidad de llegar a esa edad con plena autonomía, hoy se hace realidad pero se necesitan ajustes.
Cuando los hijos piensan "Bueno, lo hago..., ya tiene ochenta, cuánto más va a vivir..."
Sin embargo la longevidad puede hacer que esos ochenta se conviertan en 90 o 100 años... ¿Se esta dispuesto a vivir en estado de excepción todo ese tiempo?
Cuando la persona de ochenta prioriza siempre sus dificultades físicas, como dolores o limitaciones de diversos tipos y con sus decisiones modifica la dinámica de toda la familia, lease, hijos, yernos, nueras, nietos... ­¿Es conciente de la enorme influencia que ejerce lo que decide?
Es acerca de estos temas que tenemos que reflexionar para que la bendita longevidad no se transforme en una pesadilla.
Una tarea para los mayores será disminuir la intensidad de los deseos ya que la dependencia tiene un costo. No resulta amoroso ser autoritario para que alguien cumpla con los deseos o necesidades que ya no pueden realizarse por si mismo. Ej. "Quiero la crema de manos que siempre usé aunque se vende solo en un lugar alejado del barrio en que vivo" y entonces es un engorro ir a comprarla.
La tarea para los hijos será ser concientes de que la longevidad de los padres trae más responsabilidades, y que disfrutarla o padecerla dependera del balance que puedan lograr entre las responsabilidades para con sus hijos, para con sus padres y fundamentalmente la responsabilidad de cuidarse a sí mismo, para no vivir presionado durante demasiados años, sin alcanzar la paz que requiere disfrutar de la longevidad cuando a ellos les toque.

(Foto de RebelBlueAngel)

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